En su tiempo (1630) y ante tanto reparto de riqueza,
Antonio de León Pinelo, comento: "Cantidad que
ningún príncipe del mundo, sin dar estados, ni
reinos, ha repartido en premios de servicios en un día y
por la mano de un vasallo".
Fueron estas provisiones de La Gasca, las que dieron pie
a que Gaspar de Sotelo se introduzca como encomendero de la zona
de Abancay.
En el 1564, Juan Arias Maldonado, el hijo mestizo de
Diego Maldonado Nieto "el rico" quien se opuso al levantamiento
de los encomenderos, recibió en compensación, entre
otros, el repartimiento de indios de Urcon, tierras de
la encomienda de Hernando Pizarro, de manos del virrey Conde de
Nieva35.
LA
NEGOCIACIÓN CON SAYRI TUPAC
Las tierras de la encomienda de Hernando Pizarro
correspondientes al territorio objeto del presente trabajo,
constituyeron parte del reclamo que hizo Sayri Túpac36 a
Pedro de La Gasca, el que luego informara al Consejo de las
Indias que estas tierras pasarían a dominio del
príncipe andino a cambio de que éste abandonara los
valles de Vilcabamba.
Se reporta este acontecimiento en la "Carta del
Licenciado Gasca al Consejo de S. M. acerca de castigos,
tasación de tributos y otras
medidas"37 redactada en Lima el
día 25 Setiembre de 1548, en los siguientes
términos:
"En 16 (de Agosto) llegaron los mensajeros
que de nuevo enviaba el hijo del Inga con el indio Don
Martín, y dijeron, como los enviaba á decir que
vendría á la obediencia, con que le diesen para
él y para los que con él hubiesen de venir, lo que
se incluye entre el pedazo del rió de Apurimá, y
hay desde la puente38 hasta donde se junta con Avancay39, que es
de diez leguas, y entre el camino que hay desde la dicha puente
hasta la de Avancay, que es de ocho leguas, y entre el pedazo de'
río que hay desde la dicha puente de Avancay hasta la
dicha junta de Avancay y Apurimá, que es de cuatro leguas,
y que habían de dar lo que él en los Andes tiene
ocupado ahora (la zona de Vitcos e Vilcabamba) y unas
casas que habían sido de su abuelo en el Cuzco, y cierta
heredad y el solar de unas casas de placer que en Xaquixaguana
solía tener su abuelo. En el pedazo de tierra que entre
los ríos hay, solo hay quinientos y cincuenta ó
seiscientos indios de dos vecinos, que el uno es Hernando
Pizarro.
Visto lo que importaba que este viniese á
obediencia de S. M. se le ofreció este pedazo de tierra
que para ellos es muy buena, y las dos casas y heredad que
pedía y unas dos heredades, que donde ellos están
han desmontado y hecho de coca, y no se les dio allí lo
que pedían ansí por ser mucho, como también
porque parescia, que quedando ellos señores de aquel
fuerte (Vilcabamba), cada vez que quisiesen se
alzarían; y con este despacho contentos se volvieron, y
según la gana que don Martín dice que sintió
en el hijo del Ynga y en su ayo y en los demás de salir de
allí, créese que vendrán, porque es tierra
muy enferma y viven en ella, según don Martín dice,
enfermos".
Cavilando acerca de las razones por las cuales Sayri
Tupac pedía estas tierras, a parte de su importante
producción agrícola, especialmente la apreciada
hoja de coca, puede ser debido a que estas tierras le
correspondían por la sucesión que le venía
de Tupac Yupanqui, pasando por su padre Manco Inca II, como se
puede suponer de las declaraciones testimoniales40 del 1559,
publicadas por Edmundo Guillén Guillén, en las
cuales encontramos interesantes noticias sobre una línea
hereditaria de Sayri Tupac:
"…El dicho Saire Topa se crió en el
valle de Chincero y Calispuquio y se llamaba Guayna Inga como
persona que había de suceder en el mayorasgo de los yngas
que había fundado Topa Ynga Yupanqui…que era un
gran numero de yndios que Topa Ynga había ganado al juego
del ayllo al sol41 los cuales eran indios divididos y sacados del
señorío de los yngas para que sucediese en ellos el
segundo hijo del Ynga y así sabe este testigo que sino
muriera Guascar Ynga y no se alzara Mango Ynga Sayre Topa quedara
en el señorío de los dichos indios porque le
venía a él y se llamaba Guayna Ynga como sucesor
del dicho mayorasgo".
En enero de 1558, Sayri Tupac negoció en Lima,
con la Corona Española, sus condiciones para el abandono
de Vilcabamba; no hubo resultado alguno respeto a estas tierras,
quizá debido a su despoblamiento por el masivo retorno de
los mitmas que las servían, o tal vez por
encontrase en la vera del camino real, lo que las hacía
susceptibles de invasiones, composiciones de tierras y de un
completo control colonial.
De otra parte, cómo podía aceptar estas
tierras en tales condiciones, un príncipe Inca que
podía viajar desde Vilcabamba a Lima subido en una rica
litera e acompañado por 400 yanaconas.
En este novelesco viaje, el joven monarca salió
de su reducto de Vilcabamba, rumbo al tambo de Pincos42, debiendo
transitar vía Huanipaca (Uncalla) o vía Pacobamba
(Pasaje) y no vía Osambre, que se encuentra muchos
kilómetros río abajo (ver mapa); nosotros suponemos
haya transitado vía Pacobamba, siendo al parecer la ruta
más directa.
Es de interés señalar que se trata del
mismo trayecto que Gaspar de Sotelo recorrerá con su
"columna" durante la participación al ataque final lanzado
a Vilcabamba en el 1572; su encargo era de cortar una eventual
fuga de los incas hacia este lado.
refiere:
De este viaje Guamán Poma y Ayala, en su Nueva
Corónica y Buen Gobierno, nos
"De cómo Sayri Topa Inga, hijo
legítimo de Mango Inga, salió de la montaña
de Vilca Pampa de saber que el señor marqués de
Cañete era cristianísimo, amigo de los caballeros y
señores deste reino. Y salió de la dicha
montaña con su gente y capitanes, indios chunchos,
antisuyos, solo a verse con el señor marqués
visorrey, sin llegar a la ciudad del Cuzco. Desde Vilca Pampa se
fue derechamente a la ciudad de Lima y dejó en la ciudad
de Vilca Pampa a su hijo Topa Amaro Inga en su lugar; y en todo
el camino fue servido y honrado como rey y señor de la
tierra hasta llegar. Sayri Topa Inga fue muy bien recibido del
señor marqués y de los señores principales
de toda la gente de la ciudad de Los Reyes de Lima; y hubo muy
gran fiesta en el recibimiento, y salió a caballo el
señor marqués y los demás al camino, y hubo
mucho cuete y otros juegos. Y el dicho Inga entró en sus
andas como señor y rey del Perú, y [lo]
recibió toda la Audiencia y corte, y fue muy honrado y se
abrazó con el señor marqués y los
demás principales y caballeros, y le besó las manos
como a su antigüedad y uso, y de allí se fue a las
casas del Cabildo a posar. Cómo Sayri Topa Inga y el
señor marqués de Cañete se asentaron cada
uno en su silla y comenzaron a conversar, y hablaron a lengua e
interpretación, y fue muy discreto el señor rey
Inga, y en esto tuvo grandes fiestas y huelgo con él, el
Inga y el señor marqués se querían muy
mucho, y platicaban asimismo con los señores principales
conquistadores, se holgaron de su parte. Los muy ilustres in
Cristos obispos y prelados y sacerdotes le fueron a verle y
hablarle, asimismo de los señores principales indios de
este reino le fueron a ver y servirle de todo este
reino."
LAS
REDUCCIONES
Una vez ocupado el Tawantinsuyu, el primer
desafío que tuvo la administración española
fue reordenar a su modo la organización territorial de la
población.
Los ayllus y parcialidades estaban dispersos y las
llactas en los que residían los gobernantes y
donde se concentraban los servicios del Estado, ofrecían
dos inconvenientes para los conquistadores: el primero era que el
cobro de los tributos no podía hacerse personalmente, como
ordenaban las ordenanzas reales, sino por ayllus; el segundo era
que el sistema del ayllu podía permitir la vigencia de la
sociedad inca, con grave perjuicio para el dominio
español.
Así como su dispersión y difícil
control, la disminución alarmante de la población
indígena contribuyó a que Carlos I de España
(V de Alemania), a mediados del siglo XVI, ordene la
reducción de los indios en pueblos con traza romana que
posteriormente se le llamaron "pueblos de indios". Estas
órdenes fueron cumplidas con mucha cautela por el
licenciado Lope García de Castro. Pero fue Francisco de
Toledo, el quinto Virrey del Perú (1569
– 1581), quien dictó la Ordenanza "Instrucciones
Generales para los Visitadores" en el año 1570,
emprendiendo personalmente la empresa de realizar una extensa
visita general a todo el reino y donde no llegó
personalmente envió a Visitadores con plenos poderes, que
debían hacer lo siguiente43:
– "los indígenas debían ser reducidos
al menor número posible de pueblos, estableciéndose
la ubicación de los mismos en los lugares más
cómodos y adecuados;
– dichos pueblos debían ser trazados al
estilo español: al centro una plaza mayor
cuadrilátera de la que parten calles, en lo posible
rectas, y en cuyo perímetro debían ser construidas
casas para el corregidor, el encomendero, el gobernador, el cura,
el cabildo, la comunidad, el juzgado, el kuraka y la
cárcel, amén de la Iglesia, que debía
dominar el panorama. Asimismo, todo indígena debía
tener casa con puerta a la calle;
– el dominio territorial de las reducciones no
debía ser mayor que una legua a la redonda: de modo que
todo indígena que saliera a vivir fuera de esa área
perdía todos sus derechos;
– el traslado de las viviendas de los
indígenas a sus nuevos lugares de población
debía hacerse en el más breve lapso. Pasado el cual
serían derribadas sus antiguas casas, sufriendo castigo
quienes se resistieran al cambio de lugar;
– en cada pueblo, así constituido, se dispuso
que se eligieran alcaldes, regidores y alguaciles, con
atribuciones para administrar justicia en primera instancia, con
el objeto de que "los indios se gobiernen al modo de los
españoles";
– los kurakas locales que obedecieran a la autoridad
española quedaban como caciques, pero sus hijos, para
ejercer el cargo requerían de confirmación
superior;
– en cada pueblo debía implantarse la llamada
"Caja de Comunidad", cuyas llaves debían estar en manos
del corregidor y los kurakas. En estas cajas debían
depositarse todos los excedentes que hubieran, luego de pagado el
tributo, así como el producto de las ventas del ganado de
la comunidad o de sus tierras, todo ingreso extraordinario y los
pagos dejados de efectuar a los corregidores y a los curas por
vacancia;
– el objeto de estas cajas de comunidad era cubrir
los tributos de quienes estuvieran enfermos, impedidos
físicamente de trabajar, o ausentes. (Causa
estremecimiento cómo es que Toledo pudo concebir un
procedimiento tan implacable para que no se escaparan de tributar
ni los enfermos, ni los huidos o ausentes, ni los
moribundos);
– en fin, el pago de los tributos lo hacían
los indígenas al corregidor, bajo la responsabilidad del
kuraka; al mismo funcionario se le daban los empoces que se
hicieran a la caja de comunidad. Las entregas se hacían 2
veces cada año, (en las fiestas de San Juan y de la
Navidad).
Las tierras de las reducciones o de las comunidades
de indios, que no debían pasar de una legua a la redonda
del poblado central, eran divididas en tres partes, para su
explotación:
a) la primera parte de estas tierras de la
comunidad, se destinaban al usufructo de las familias que la
componían, de modo que a cada una le correspondiera una
parcela. La distribución de estas parcelas se hacía
anualmente, y, aunque el usufructo de las mismas era por cada
familia, el trabajo de todas las tierras se realizaba
colectivamente, (a la vieja usanza inkaika);
b) la otra (segunda) parte era
destinada a pastizales de los ganados de los miembros de la
comunidad;
c) la otra (tercera) parte era
trabajada colectivamente y su producto se destinaba a las cajas
de la comunidad.
La resistencia a este atropello fue grande y la
violencia empleada para hacerlo cumplir fue aún
mayor.
Por la señalada Ordenanza de 1570, Francisco de
Toledo designó, entre civiles y eclesiásticos,
hasta 17 visitadores para el Cusco y alrededores, pero solo nos
consta la actuación del Visitador Civil Nicolás
Ruiz de Estrada en el caso de las reducciones de Curahuasi,
Cachora y Abancay, porque así lo confirma el documento de
la visita a la Hacienda San Miguel de Pachachaca del valle de
Abancay, donde se constata que efectivamente este Visitador
ejerció sus funciones en esos lugares, pues en el mismo se
lee:
"Testimonio. Yo Juan de Vivero Valencia, escribano
de su Magestad y de la visita general de Condesuyo y Chinchaysuyo
cometida al ilustre señor Licenciado Nicolás Ruiz
de Estrada, doy fe que dicho señor visitador general por
virtud de la comisión y poder que tiene del
Excelentísimo señor don Francisco de Toledo,
visorrey destos reinos, en que se le comete, entre otros
repartimientos, los deste valle de Abancay hasta lo alto de
Curamba de Nuño de Mendoza, e ingenio44 de Pedro Alonso de
Carrasco como se declara en la provisión que se le
dio…"45 .
La descripción del Partido de Chinchaysuyo hecha
por Niculoso de Fornee46 nos refiere que este mismo visitador fue
quien redujo los pueblos de Abancay, Curahuasi y Cachora hacia
1572, así aparece de ese documento:
"9.- Al noveno se responde, que al pueblo de
Curauaci le llaman deste nombre porque en tiempo del inga
vivía en este pueblo un indio que se llamaba deste nombre,
y por esto se llama Curauaci ; Y que el llamarse Santa Catalina
es por el nombre de la iglesia; y que el pueblo de San Pedro de
Saiuta, se llama Saiuta, que quiere decir "mojón de
piedra" Y que el pueblo de Santiago Hamancay quiere decir
"azucena", por haber muchas destas flores en aquel pueblo; y
questos nombres son del tiempo de los ingas, y los nombres de los
santos son por los apellidos de las iglesias, las cuales se
hicieron cuando se redujeron los dichos indios a los dichos
pueblos en la visita general por [el] licenciado Estrada,
visitador por mandado del señor virrey don Francisco de
Toledo, puede haber doce años, poco más o
menos."
Sin embargo, hasta la fecha no ha aparecido algún
documento que nos dé cuenta de la reducción de
Huanipaca.
LA REDUCCION DE
ABANCAY
Sobre este hecho Espinoza47 nos señala lo
siguiente:
"Ruiz de Estrada efectuó todas las
reducciones en el área de los quichuas y otras
colindantes. La de Abancay fue realizada con el nombre de La
Villa de Los Reyes de Santiago de Abancay, y tuvo lugar en 1572.
El pueblo fue trazado igual que el de las
villas y ciudades de españoles: calles
derechas, plazas y manzanas cuadrilongas. Otra reducción
aledaña planificada por el visitador en referencia fue la
de Condebamba, al pie de un cerro que actualmente existe con el
mismo nombre. Abancay fue fundada en un sitio llano y profundo,
en la margen derecha del río Pachachaca, de cuyas orillas
dista poco más de cinco kilómetros, y en un
ambiente muy caluroso a pesar de tener un nevado cercano,
dominando el paisaje."
Ciro Palomino48, señala la fecha de este
acontecimiento:
"La fundación española como
reducción de indios fue el día 18 de enero, porque
en este mismo día se fundó Lima con el nombre
originario de "Ciudad de los Reyes" en honor del emperador Carlos
V de Austria y primero de España y de las Indias y de su
madre, la reina Juana. Este título de Ciudad de los Reyes,
quedó sellado en todos los documentos oficiales de la
administración colonial, y como la reducción se
fundó el mismo día 18 de enero se le antepuso el
nombre de "Villa de los Reyes" en conmemoración a la fecha
de fundación de la "Ciudad de los Reyes". Además
importa conocer que el Licenciado Nicolás Ruiz de Estrada
fue un ilustre limeño y regidor vitalicio de la "Ciudad de
los Reyes".
Los ayllus indios reducidos en Abancay, fueron los
propios mitmas yungas que desde 1570
cultivaron las moyas incaicas en los valles de Abancay y
Pachachaca, y los ayllus situados a la bajada de la abra de
Soccllaccasa (la cual hoy separa las tierras de
Curahuasi, que en tiempos incásicos pertenecían al
dominio único de Urcomarca); entre otros, tenemos
a los indios del ayllu quechua de Qorwani y de las parcialidades
de Ccanabamba, Llañucancha, Aychahuacso, Kolkaqui,
Kerapata, Tambo Urco, Chuquibamba, además de
los ayllus asentados en las faldas del nevado Ampay – es decir
situados al Norte de la actual ciudad de Abancay – que son
Umaccata, Huayllabamba, Ccacsa, Karkatera y Callamarca,
parte de la antigua encomienda de Pedro Alonso
Carrasco.
LA REDUCCION DE
CURAHUASI49
La primera referencia a Curahuasi como pueblo y tambo
real la hizo el cronista indio Felipe Guaman Poma de Ayala; este
pueblo estaba encargado del mantenimiento del puente de
Maucachaca o Huacachaca, que obligaba a una
concentración de artesanos encargados de fabricar las
gigantescas y gruesas sogas que debían servir para renovar
los maromas que soportaban esta enorme estructura, así
como el camino y los túneles construidos en la laja del
Apurímac. Los historiadores locales del distrito
señalan la existencia de dos ayllus mitmas de
origen aymara denominados: Atún Qollana y
Uchuy Qollana, encargados de esa tarea.
En el mismo documento de Fornee se señala que el
pueblo de Curahuasi corresponde a las reducciones hechas por
Nicolás Ruiz de Estrada, así:
"9.- Al noveno se responde, que al pueblo de
Curauaci le llaman deste nombre porque en tiempo del inga
vivía en este pueblo un indio que se llamaba deste nombre,
y por esto se llama Curauaci (1); Y que el llamarse Santa
Catalina es por el nombre de la iglesia; (…..) las cuales
se hicieron cuando se redujeron los dichos indios a los dichos
pueblos en la visita general por [el] licenciado Estrada,
visitador por mandado del señor virrey don Francisco de
Toledo, puede haber doce años, poco más o
menos."
La reducción de Curahuasi, no tuvo más
problemas que el reasentamiento de los habitantes del antiguo
pueblo de Curaguasi, quienes debieron construir sus moradas
dentro de las calles y cuadras que el trazo español
obligaba.
LA REDUCCION DE
CACHORA50
La reducción de Cachora bajo el nombre de San
Pedro de Sauita fue realizada por Nicolás Ruiz de Estrada
en el año 1572, según aparece de la
Descripción de Niculoso de Fornee51, de 1586, en los
siguientes términos:
"9.- (….) y que el pueblo de San Pedro de
Saiuta, se llama Saiuta, que quiere decir "mojón de
piedra" (…..) y questos nombres son del tiempo de los
ingas (…), se redujeron los dichos indios a los dichos
pueblos en la visita general por [el] licenciado Estrada,
visitador por mandado del señor virrey don Francisco de
Toledo, puede haber doce años, poco más o
menos."
Es bastante probable que en esta reducción se
comprendió a los indios de Saywite, Concacha y
Suyuccacca, que en tiempo de los incas pertenecieron al
dominio de Hurcomarca, ubicado en la altura donde
empieza el abra de Socllaccasa hasta los términos de las
haciendas españolas Bacas, Punchaypuquio y
Lucmos. Tal Repartimiento del Partido de Abancay se
conoció como Urconseubite y comprendió
también a los pobladores del valle de Cachora (Asil,
Pantipata, Tasta Poyoncco, Tayroma, entre otros).
Es posible que la reducción originaria se hiciera
en las alturas de Cachora, es decir en el actual emplazamiento
del poblado comunal de Saywite o lo que entonces se llamaba
Urconsaibite pero, al momento de su repoblamiento por
españoles y la instalación de haciendas en el valle
(Colmena, Viracochán, Rosaspata y otras) que absorbieron
la mano de obra de la parte alta, la administración civil
y religiosa se encontró, por consiguiente, obligada a
instalarse en el valle.
Lo que hoy conocemos como San Pedro de Cachora, hacia
1595 se conoció como "San Pedro de Cañete de la
Sierra", según aparece de un documento que corre en
el Archivo Histórico de Apurimac. De su propia
denominación se podría inferir que este pueblo fue
refundado en el valle, en su actual ubicación, en homenaje
al Virrey García Hurtado de Mendoza, Marqués de
Cañete que gobernó el Perú entre los
años 1589 – 1596, reemplazándose la
reducción originaria de San Pedro de Saiuta a que
hace referencia Nicoloso de Fornee.
En la "Relación hecha por el Virrey D.
Martín Enríquez de los oficios que se proveen en la
gobernación de los reinos y provincia del Perú", de
1583, se consigna lo siguiente:
"El rrepartimiento de Vicon52 y tayruma encomendados
en Melchor Maldonado y doña Catalina Duarte tiene 267
yndios tributarios y 1974 personas rreduzidos en vn pueblo
llamado Salamanca".
Salamanca es una reducción española, pero
se ubica en la provincia de Condesuyo de la región
Arequipa. Se trata sin duda de un error de su autor, pues estos
ayllus (Urcon y Tayroma) fueron reducidos en Cachora; Tairoma es
actualmente un anexo de Cachora ubicado hacia el sureste del
núcleo poblado. Respecto de Urcon ya nos hemos
referido al hablar de Urconsaibite.
LA REDUCCION DEL
PUEBLO DE HUANIPACA
De acuerdo a la evidencia documental, contenida en una
escritura sobre composición de tierras y
confirmación de títulos de propiedad prediales,
sabemos que, hacia 1594, Huanipaca tenía el
nombre de "pueblo San Miguel de Guanipaca"; estamos
ciertos que fue fundado como reducción, porqué
presenta todas las características urbanas de un trazado
español: plaza, iglesia, cuadras y calles.
Blanco53 nos refiere que en 1613, el Obispado del Cusco
quedó dividido en 14 corregimientos, entre los que se
encontraban los Corregimientos de Cotabambas, Aymaraes y Abancay,
describiendo este último, así:
"Corregimiento de Abancay.- 8 Doctrinas: una en los
pueblos de Santiago de Corbani y San Francisco de los Yungas, con
los ingenios de aquel valle; en el pueblo de Huanipaca, y en las
chacras de coca; otra en Curahuasi y Zaiuiti, otra en los de
Mollepata, Patallacta, Pampaconga y Huampaca; otra en los Chonta,
Pivil y Pantipata; otra en Chinchapugio y Zumazo, otra en el
pueblo de Zuriti y valle de Jajahuana, otra en Huarocondo y otra
en los pueblos de Anta y Pucyura".
Un hecho de la probable reducción de Huanipaca,
aparece en un documento encontrado en el Archivo Histórico
de Apurimac:
"En el asiento de Chuquibamba del valle de Abancay,
en dos días del mes de enero del 1596, Luis de Briones
Visitador y Juez repartidor de tierras de los pueblos de
Curahuasi, Huanipaca, la Guaca54 y Abancay por el licenciado
Alonso de Maldonado Torres del Concejo del Rey nuestro
señor, su juez para la repartición, venta y
composición de las tierras y dijo: Que por cuanto en la
repartición que he hecho de tierras entre los indios de
todos los ayllus reducidos en el pueblo de Huanipaca y Abancay de
la encomienda de Gaspar de Sotelo, vecino de la ciudad del
Cusco…".
La encomienda y las composiciones de tierras de los
Arias de Sotelo anterior a las reducciones toledanas,
comprendía algunos ayllus situadas alrededor de macizo
Ampay, así tenemos Vichuica, Mandurque, Uncalla,
Quiuñalla y otros en Huanipaca; Huayllabamba, Chuquibamba
y Umaccata en Abancay. Lo que nos da a entender que en los incios
de la colnia Abancay y Huanipaca formaban una sola unidad
económica y social, así lo señalan los
nombres de los caciques de ambos distritos (ver Cuadro de
caciques).
Con base en los documentos del Archivo Regional de
Apurimac, estamos en condiciones de reportar información
sobre la tenencia de tierras de Huanipaca55, así tenemos
que en el documento de 1595 relativo a la confirmación de
las posesiones de Esteban de Marquina – el primer español
en poseer parte de las tierras que luego pertenecerían a
la Hacienda cañavelera de Tambobamba – encontramos que en
1553 el cacique de Urcos, Fernando Ataulluco, litigaba en la Real
Audiencia de Lima, con victoria para su parte, la propiedad de
las tierras localizadas en el valle de Tambobamba. La presencia
de los gobernantes indígenas de Cachora en todos esos
documentos nos da noticia que las tierras de Tambobamba y
Chanchayllo se encontraban en la jurisdicción de Cachora.
Conocemos también de estos documentos que están
tierras era utilizadas para el cultivo de la hoja de
coca.
Entre los hijos de Gaspar de Sotelo, el canónigo
Diego de Sotelo fue el que poseyó mayores extensiones de
tierras. Éste conducía las tierras del anexo de
Quiñalla, "chacras de coca que producían 140
cestos de "coca verde", la cual venía despachada hacia
Potosí". También tenía cocales de
Uncalla y en Mandurque, mientras que sus hermanos Antonio y
Cristóbal de Sotelo, entre otras tenencias, poseyeron
tierras para el mismo fin en Etnay y en el sector que ahora se
conoce como San Ignacio.
Otro encomendero importante del eje Abancay-Huanipaca ha
sido Pedro Alonso Carrasco, "Peralonso" (el
Viejo) así lo encontramos señalado en la
Ordenanza de Tambos de Vaca de Castro de 1543:
"…al Tambo de Abancay en el cual an
de servir los Pueblos Coya y Curac o Vichuica o Tasmara o Surco o
Tamaran que son de Peralonso Carrasco…"
En agosto de 1535 Pedro Alonso Carrasco recibió
una encomienda56 que incluía tierras situadas en los
actuales distritos de Tamburco y Huanipaca:
".. en la provincia de
Chinchasuyo
(…)
y el cacique Trucuman señor del
pueblo Guaylabamba
(…)
y otro pueblo Carcatira
(…)
y otro que se llama Guaman señor
de Uichinca con trezientos y cinquenta yndios
(…)"
De ambos documentos podemos concluir que la
encomienda de Peralonso
comprendía:
En Abancay: Huayllabamba y
Karkatera:
En Huanipaca: Ccoya, Sorja, Tacmara,
Karqueke y Vichuica.
Posteriormente, parte de esta encomienda fue retirada
por sus conflictos con Francisco Pizarro, bajo el pretexto
de:"Por tener este demasiados indios,57
perdiéndose esta en dos etapas: 01) En la encomienda
de Hernando Pizarro de 1539; y, 02) En la encomienda otorgada a
favor de la Gastar de Sotelo en 1549, quedándonos solo la
noticia de ser poseedor de las tierras de Karqueque, según
lo señala el documento de composición de tierras de
Hacienda Pachachaca, arriba mencionado.
Podemos "mapear" la tenencia de las tierras de
Huanipaca, a finales de XVI siglo, en la siguiente
medida:
1. Huanipaca reducida en el "pueblo de San Miguel de
Huanipaca", comprendiendo las tierras de los ayllus cercanos
de Bichuyca, Cotaqui, Mutcapata, Sorja, Ccoya y otros, formando
una solo unidad económica y social con el pueblo de
Abancay a raíz de la encomienda de los Arias de
Sotelo.
2. Huanchulla, Tacmara y el valle de Karqueque, no fue
integrada a la reducción huanipaqueña, por tratarse
de propiedades de los "Peralonso" (Padre e hijo). Los
indios sujetos a ellos, sirvieron en el cañaveral e
ingenio de Karqueke y trabajaron en atender la fuerte demanda de
sal mineral de Kachicunca, que por ese tiempo se había
convertido en un apetecido suplemento alimenticio del ganado
vacuno.
3. Las tierras de Mandurque, Quiñalla y Uncalla,
propiedades de los Arias de Sotelo, sometidas a la
producción de coca.
4. Las tierras de Chanchayllo, Tambobamba y Lihuirco,
inicialmente sometidas a la Jurisdicción de Cachora,
acabaron siendo compuestas en beneficio de los primeros
propietarios de lo que más tarde sería la
importante hacienda cañaveral de Tambobamba, que
también incluyó las tierras denominadas "Pueblo
viejo".
Sobre su existencia, un documento de 1619
dice:
".. e vio que las tierras del valle que comienzan
desde el principio del pueblo viejo para arriba y llegan hasta
juntar con las tierras del asiento de Cotaqui que las dichas
tierras se llaman del asiento de Guanipaca no se dieron ni
repartieron a ningunos indios ni vendieron a ninguna persona y
quedaron por de Su Mayestad de cuya son porque aunque en el dicho
asiento de Guanipaca tienen tierras de
repartición los dichos indios de este dicho pueblo
son del dicho pueblo viejo para abajo y hay cantidad bastante
para selas enterar y de que se vendan por Su Magestad las dichas
tierras referidas no resulta a ninguna persona daño ni
perjuicio."58 Por este mismo
documento fue vendida: "mediante pregón por cuenta de
Su Magestad tales tierras son puestas a la venta en la plaza
publica al mayor ponedor".
Acerca de "Pueblo viejo"
En este lugar que en otros tiempos fue conocido como
"Pueblo viejo" y que ahora corresponde al sector de
Moyocc – Troja, hay gran cantidad de restos de
cerámica domestica inca aflorando por todas las chacras, y
si sumamos que en este mismo lugar existe un considerable
número de batanes, presumimos la existencia de un
importante asentamiento humano precolombino dedicado a la
alfarería.
Conociendo que estos mismos restos han sido encontrados
en las excavaciones de Choquequirao, donde en su entorno no
existen yacimientos de arcilla, los que sí abundan en la
zona, podemos discernir que este "Pueblo viejo"
proveía de trastos y otros enseres cerámicos a los
pobladores de sus inmediaciones, incluyendo a Choquequirao. En el
mismo sitio hemos ubicado los cimientos de unas viviendas de
planta circular, que podrían corresponder a antiguos
asentamientos chancas.
Nunca esta área ha sido investigada por
profesionales y lamentablemente año tras año,
aradura tras aradura, los antiguos cimientos de esta
llacta están siendo destruidos por completo,
así como los restos arqueológicos que afloran a la
superficie.
Cuando se confirme un tráfico de productos de
alfarería, productos pan llevar y coca entre Huanipaca y
Choquequirao, esto ha debido producirse por la ruta
Uncalla-Pincha Unuyoc, ingreso natural hacia Choquequirao desde
la parte Apurimeña del río; desde Pincha- unuyoc,
en la margen derecha del río Apurímac, los
visitantes tenían que pasar por la gran portada de doble
jamba (descubierta en el año 2004) antes de llegar a
Choquequirao.
Otros restos arqueológicos de la
zona.
Otro antiguo asentamiento se ubica en el sector de
Puncutuy, a 1 km., al Oeste de Moyocc. Allí se encuentran
restos de más de diez cimentaciones de planta rectangular,
que dejan entrever un importante asentamiento humano. Los
fragmentos de cerámica pertenecientes al sitio son
más toscos que los que aparecen en Moyoc.
Al Sureste de la llacta alfarera, cerca del
anexo de Chanchayllo, se ubica un conjunto arqueológico
inca, compuestos por dos ambientes con paredes de
mampostería de piedra y andes donde resalta una imponente
portada que se erige en medio de un pequeño bosque
natural. De primera impresión suponemos se trate de la
estructura de una importante posta de control, ubicándose
a la salida del valle, en ruta hacia el
Ccapacñan.
En la parte alta de esta tierras se encuentra el cerro
Urconcito donde se yergue el conjunto arqueológico
Incarajay, construido con idéntica técnica
y arquitectura que la de Choquequirao. Su ubicación lo
convierte en un formidable mirador, desde donde se domina a todo
el valle de Huanipaca y a tres mil metros a "vuelo de
pájaro", se comunica con Choquequirao.
LOS
CACIQUES
En las "Instrucciones" de Toledo, de 1570, se
señala la condición para mantener la
condición de jefe indígena: "los kuracas
locales que obedecieran a la autoridad española quedaran
como Caciques", pues a los españoles les
convenía mantener esta forma de autoridad incaica para
controlar el trabajo de los indígenas y garantizar el pago
de sus obligaciones tributarias.
Así, como los antiguos Curacas recibían la
autoridad de su señor el Inca, los nuevos jefes indios,
esta vez llamados caciques, recibieron la autoridad de la Corona
Española para someter a los nuevos vasallos, teniendo
plenos poderes sobre sus comunidades.
Dentro del "rombo del otro lado de río", estos
son los caciques y principales que gobernaron hasta por ochenta
años, sin perjuicio de aclarar que a esta lista se han
traslado los nombres y fechas que aparecen en documentos
españoles:
AÑO | REPARTIMIENTO | CACIQUES O | |||
1539 | Sayhuite Urco Chuquitambo Urcomarca | Ynes uache Curiata o Curiana Atapoma | |||
1553 | Urco | Fernando Ataulluco | |||
1557 | Urcon | Curiata y Ataulluco | |||
1594 | Cachora | Cristobal Ataulluco | |||
1594 | Huanipaca | Diego Soto Gaspar Pomaparuina Andres | |||
1595 | Mayo | Martín Atapoma | |||
1596 | Chuquibamba | Domingo Guachuri Gaspar Pomaparuina | |||
1609 | Cachora | Francisco Ataulluco | |||
1618 | Huanipaca | Juan Guaman Guachuri | |||
1618 | Cachora | Ache, Ataopoma, Ataulluco, Layme, | |||
1637 | Cachora | Ache | |||
1645 | Qorwani | Andrés Ataulluco | |||
1646 | Cachora | Francisco Achi |
LA CONSOLIDACION ESPAÑOLA DE ESTAS
TIERRAS
Luego de los procesos de reducción
de pueblos, composición de tierras y establecimiento de
las haciendas59, las tierras de este lado del río
Apurímac, fueron definiéndose en las
siguientes modalidades de tenencia, desde los intereses de la
administración civil española, así como de
la eclesiástica.
Dando cuenta del proceso de reducción, en el
documento intitulado "Relación hecha por el Virrey D.
Martín Enríquez de los oficios que se proveen en la
gobernación de los reinos y provincia del
Perú" de 1583, se señala lo
siguiente:
"El rrepartimiento de abancay encomendado en Antonio
Sotelo tiene 390 yndios tributarios y 2156 personas rreduzidos en
vn pueblo llamado la villa de los rreyes.
El rrepartimiento de Curaguaei encomendado en Joan
Gomez e Pedro de Cisneros tiene 261 yndios tributarios y 1376
personas rreduzidos en vn pueblo llamado santa catalina
rredugeronse en este pueblo veynte y seis yndios tributarios y
143 personas que se hallaron vacos en el dicho
Valle.
El rrepartimiento de Vicon y Tayruma encomendado en
Melchor Maldonado y doña Catalina Duarte tiene 267 yndios
tributarios y 1974 personas rreduzidos en vn pueblo llamado
Salamanca60."
Finalmente hacia 1787, ya como Partido de Abancay de la
intendencia del Cusco, contaba con 16 Repartimientos, a
saber:
ABANCAI O CORBANI, que incluía: Ayllu
Condebamba, Ayllu Corbani, Ayllu Aymas, Hacienda Cañaveral
Patibamba, Hacienda Cañaveral Ninamarca, Hacienda
Cañaveral Pachachaca (que comprendía Urcos),
Hacienda Cañaveral Yllanya.
HUANIPACA, que incluía: Pueblo de Huanipaca,
Hacienda cañaveral Tambobamba, Hacienda cañaveral
Carqueque, Hacienda cañaveral Mandurque, Hacienda
cañaveral Utembamba;
URCON SEUBITE, que incluía:
Pueblo Cachora, Ayllu Chinchaysuyo, Ayllu Asil; TAIROMA, que
incluía: Pueblo Tairoma Unco.
CURAHUASI, que incluía al pueblo y el ayllu
Atun, Ayllu Uchuy collana, hacienda cañaveral Molle molle,
hacienda cañaveral Lucmos, hacienda Vaca, pueblo de
Antilla y ayllu Atun Collana, Ayllu Uchuy Collana, Ayllu
Choña y hacienda Carhua.
Por el lado del poder eclesiástico,
Oricaín61 en 1790, nos refiere lo siguiente:
"Discurzo VIII
Del Partido de Ahancay en particular y extención
de sus Curatos.
Tiene de largo Sur, Este, Noroeste 32 leguas y 14
á 16 de ancho, esto es por elebación, que por las
itinerarias son muchas más. Sus caminos reales son llanos,
exsepto el que va para Guanipaca y quebrada de Ybin; sus
ríos son el de Guarocondo, Limatambo, Apurima, con puente
de crisnejas, y el de Pachachaca, con otro dicho de cal y piedra,
pero éste sólo se pasa para salir del
Obispado.
Comprende nueve Curatos:
1. Abancay, Capital, con sinco capillas
públicas, sitas, as quatro, en los cañaberales de
Patibamba, Yllanya, Pachachaca y Ninamanca, y la última en
el paraje de Guagracucho, dedicada á
San Antonio de Padua; en las antecedentes ay capellanes, y sus
moradores sólo cumplen con la iglesia de la
Capital.
2. Guanipaca, con tres dichos, en los de Tambobamba,
Mandorque, Canguegue, con igual govierno que en las de Abancay;
en el primero se veneficia la asúcar, que exede á
la que purifican en Europa.
3. Curaguasi, con dos dichas, en los de Mollemolle,
y Lucmos, con igual govierno que el de los anteriores, y barios
oratorios de nueba erección en los trapiches de moler
metales, en los que se venefician algunos marcos de plata de los
cerros de Amallanca y San Christóbal. Tiene dos anezsos,
que son: los pueblos de Cachara, ocho leguas al Noreste, con
Teniente de Cura, y Antilla, al Sureste, con los labaderos de
Tablacruz, distantes otras tantas leguas; este último solo
se visita por tiempos. El año de setenta se
desplomó toda una falda de un cerro de la
jurisdicción de Cachera, á la caxa del rio de
Apurima, el que retrocedió por espacio de tres
días, y perecieron muchos vesinos con sus ganados, que
moraban en las estancias de dicha falda".
ACERCA DEL
ABANDONO DE CHOQUEQUIRAO
El abandono de Choquequirao es envuelto en
el misterio.
La administración inca de Choquequirao, sea esta
estadual o religiosa, fue terminando paulatinamente, comenzando
quizá a partir de las luchas fratricidas entre
Huáscar y Atahuallpa que conmovieron los cimientos de la
civilización incaica y talvez este desánimo fue
aumentando con las bélicas acciones de la resistencia
promovida por Manco Inca II, viéndose al final en la
extrema situación de no poder ni siquiera sostener a su
servidumbre.
Según el parecer de Percy Paz62, citado por
Thomson63: "O, por lo menos, sus habitantes estaban
expandiendo los andenes y modificando parcialmente la estructura
originaria del Complejo, en una desesperada necesidad de poder
cultivar cada metro de tierra".
Pensamos que en los años anteriores a su
abandono, Choquequirao se encontró paulatinamente
más aislada, habitada solo por algunos representantes de
lo que fue el Tahuantinsuyo, y por sus yanaconas. Este hecho lo
confirma la tentativa de tratar de expandir su área de
cultivo agrícola para atender directamente sus necesidades
alimenticias.
De otra parte Thomson64, citando a Percy Paz, nos
informa sobre los hallazgos de las excavaciones hechas en el
complejo, del siguiente modo: "Las partes bajas de los muros
están descoloridas por el fuego y existen depósitos
de carbón a nivel del piso; encontramos numerosos cuerpos
(esqueletos) asesinados con violencia (cráneos rotos) y
dejados sin enterrar".
Si entendemos que desde su llegada al Cusco, Francisco
Pizarro aprovechó que huancas, chachapoyas,
cañaris, yungas y otros, mantenían serias
diferencias con la élite cusqueña y que los
Chachapoyas que construyeron Choquequirao acabaron siendo los
yanas de los últimos moradores incásicos
del complejo, podemos suponer que en un acto de rebeldía
estos tomaron la ciudadela, ajusticiaron a sus residentes incas y
luego tomaron el camino de retorno a sus lugares de origen. Como
tenemos dicho, probablemente algunos de estos se quedaron en
Cachora donde, poco más de cien años después
(1689), el párroco de Curahuasi informa al Obispo
Mollinedo sobre la existencia en estas tierras de un ayllu
chachapoya:
"Padrón de los Españoles e yndios que
asisten en el Pueblo de Cachora Anejo desde dho Pueblo de
Curaguasi el qual se compone de dos aillos llamados Chachapoia y
aillo Tairona y de dos Estansia llamada Pantipata los que asisten
en el dho Pueblo son los siguientes los
Españoles y Españolas mestisos y mestisas chicos y
grandes son veintidos".
A consecuencia del abandono de Choquequirao, las selvas
ocultaron el Conjunto, el cual fue mencionado por primera vez en
un documento del 166165, escrito por aventureros, como fue el
caso del Alférez, Lorenzo de Messa, que luego de transitar
por "el pueblo biexo de Guanipaca",
"…recorrió el camino real de los yngas por
los minerales de Ferronayoc por el río grande de Apurima
por las yungas de Choquequirau donde tenía su fortaleza el
ynga y por las cumbres nevadas a espaldas del suso dicho
Chuquequirau dando una grande vuelta y pasando unas vertientes
que viene a Apurima y siguiendo por el pie de los nevados a salir
por una grande quebrada más debajo de estas yungas de
Uncalla66 y de coca…".
Después de esto nos llega el memorial de
Díaz Topete (1710), llamado "de las cuatro
ciudades". El resto es historia bastante
reciente.
CONCLUSIONES
De la documentación existente de las tierras "del
otro lado del río", ubicadas al costado del
Qapaqñan que marcha al Chinchaysuyo, no se ha podido
establecer si Huanipaca y/o Cachora hayan sido parte del dominio
del señorío de Choquequirao.
Este territorio estaba directamente vinculado al Estado
Inca y explotado por medio de mitmas, para los fines
militares del imperio cusqueño, a diferencia de las
tierras de la margen derecha del río, conectadas al Cusco
por la ruta del río Vilcanota y el valle sagrado, en donde
los monarcas asentaron sus principales propiedades y
querencias.
A lo largo de los ríos Vilcanota y Vilcabamba,
los incas se adentraron hacia la selva con el objetivo de
establecer centros de producción especializados en coca,
metales preciosos, plumas de aves, tintes y otros productos
suntuarios destinados a la elite incaica; la construcción
de Choquequirao debió responder a una
complementación con estos propósitos.
Presumimos que la administración incaica no
edificó Choquequirao para funciones de
administración de tierras o poblaciones, ni como fortaleza
militar, sino al igual que Saywite, para fines religiosos y de
peregrinación, vinculado a los apus tutelares de
esta parte de la "sierra nevada", sin dejar de suponer que esta
gran obra tuviera el objeto de perpetuar la memoria del
poderío de su gobernante constructor.
Finalmente, concluimos, señalando que los
actuales caminos de ingreso hacia Choquequirao, ya sea por
Huanipaca o Cachora, son accesos creados por huaqueros,
aventureros y mineros, siendo la conexión histórica
por el paraje denominado Uncalla, que se conecta directamente con
el valle del río Yanama, ingreso natural de
Choquequirao.
AGRADECIMIENTOS
– A Ciro Palomino Dongo, quien en su afán de
poner un granito de arena en la construcción de la
historia regional de Apurímac, no tiene ningún
excusa para dejar de colaborar.
– Al Archivo Regional de Apurímac, por su
generosa atención con los investigadores preocupados por
la historia regional apurimeña.
– A los amigos de Huanipaca siempre deseosos de
contribuir a que salga a la luz los anales de la historia de su
distrito.
NOTAS:
1 ESPINOZA SORIANO, Waldemar, COLONIAS DE
MITMAS MULTIPLES EN ABANCAY SIGLOS XV Y XVI, Revista del Museo
Nacional, Tomo XXXIX. Lima. 1973. Pág. 227.
2 INCA GARCILASO DE LA VEGA. COMENTARIOS
REALES. Tomo I
3 ROSTWOROWKI DE DIAZ CANSECO,
María. Historia del Tawantinsuyo. 2da. Ed. Instituto de
Estudios Peruanos. Lima. 1999.
4 Cordillera de Vilcabamba.
5 INCA GARCILASO DE LA VEGA. COMENTARIOS
REALES. Ob.cit.
6 Limatambo. Este pie de página es
nuestro.
7 INCA GARCILASO DE LA VEGA. COMENTARIOS
REALES. Ob. Cit.
8 Tacmara y Quiñalla, actualmente
son dos Comunidades Campesinas y constituyen Anexos del distrito
de Huanipaca.
9 Hoy llamado río Pachachaca; en
tiempo de la colonia se denominaba río
Abancay.
10 ESPINOZA SORIANO, Waldemar, COLONIAS DE
MITMAS MULTIPLES EN ABANCAY SIGLOS XV Y XVI, Revista del Museo
Nacional, Tomo XXXIX. Lima. 1973.
11 Amado Gonzales, D. "Introducción
a lo estudio histórico de los títulos de la
Hacienda de Punchaopuquio, Curahuasi- Cusco".
12 Uno de los tres generales del
ejército de Atahuallpa.
13 La composición era la
legalización de una ocupación de hecho de tierras
realengas (del rey o monarca) al margen de lo determinado por las
leyes vigentes. Incluía a quienes hubieran ocupado tierras
sin título alguno, a quienes se hubieran extendido
más allá de los límites fijados en sus
títulos, a quienes hubieran recibido mercedes de
funcionarios o de instituciones no habilitados y a quienes no
hubieran hecho confirmar las recibidas de autoridades locales.
Una real cédula de 1591 dispuso, en tal
sentido, que todos los poseedores de tierras presentaran a las
autoridades los títulos correspondientes a fin de que se
procediera contra los ocupantes indebidos obligándoles a
restituir lo mal habido o a pagar una módica
composición. A partir de entonces, la
composición se convirtió en la forma preferida de
adquisición: quien pretendía una tierra la ocupaba,
la denunciaba a las autoridades, pagaba la información de
realengo y la tasación y, tras el pago fijado,
obtenía el título de propiedad.
14 BONILLA, Heraclio. La producción
de la renta en la esfera de la encomienda. El caso de los
Iguaque, del Nuevo Reino de Granada, en la fase de
tránsito. INVESTIGACIONES SOCIALES AÑO VIII N°
13, pp. 85-110 [UNMSM / IIHS, Lima,
2004]
15 JULIEN, Catherine. Identidad y
Filiación por Suyo en el Imperio Incaico. Boletín
de Arqueología PUCP. Nº 6 2002. 11-22.
16 Vaca de Castro, C. "Ordenanzas de
tambos. Distancias de uno a otro. Modo de cargar a los indios y
obligaciones de las justicias respectivas".
17 Tambo de Apurima, o Guarina o
Huaynarima, se encuentra ubicado en la ex hacienda Marcahuasi del
distrito de Mollepata de la provincia de Anta.
18 La "Retasa de Urcon del 1557" publicada
por Julien en "Andean Past n.6" nos permite conocer los tributos
pagados anualmente por los indios de esta encomienda: 100 pesos
de plata (455 gramos), puestos en Cusco cada seis meses la
mitad; 200 fanegas de maíz y 150 de trigo
(la fanega es una medida de volumen = 58 litros; podríamos
decir, un costal), entregados la mitad en Cusco y
la otra mitad en el tambo del camino real (Tambo Urco); 4 arrobas
de ají; 24 costales de cabuya; 100 arrobas de
carbón (Kg. 1.150), puestos en Cusco cada seis meses la
mitad. El documento indica que esta fue menos fuerte
que la tasa inicial, habiéndose tomado en cuenta la
sucesiva disminución de los indios y también a
causa "..de los grandes daños y rrobos que
rrecibieron en las alteraciones de Francisco Hernández
Girón y de sus alzados.." .
19 A.H.R.de Cusco. Fondo
Corregimiento.
20 chinchi. s. Bot. Variedad del
ají, de tamaño pequeño, pero muy picante.
(Diccionario Mayor de la lengua Quechua)
21 DUFFAIT, Erwan. Choquequirao en el
siglo XVI: etnohistoria e implicaciones
arqueológicas.
22 Real Hacienda 1787, Leg. 178 y Real
Hacienda 1792, Leg. 190
23 ESPINAVETE LOPEZ, Manuel.
Descripción de la Provincia de Abancay. Mercurio Peruano
XII, Nº 595-601. Biblioteca Nacional del
Perú. 1792. Lima. Pág. 146.
24 HOSTNIG, Rainer; PALOMINO DONGO, Ciro;
DECOSTER, Jean-Jacques. Proceso de composición y
titulación de tierras en
Apurímac-Perú.
25 Archivo Histórico Regional de
Apurimac.
26 Chuki. s. Lanza. Arma de guerra
utilizada en el incanato. Diccionario Quechua – Español –
Quechua. Academia Mayor de la Lengua Quechua
27 Choqe. s. Metal. (Del aymara). Oro
fino. || Todo metal precioso. || Nombre genérico del
metal. Diccionario Quechua – Español – Quechua. Academia
Mayor de la Lengua Quechua
28 K"iraw. s. Cuna. Diccionario Quechua –
Español – Quechua. Academia Mayor de la Lengua
Quechua
29 Todavía no reportados en el
extracto publicado de la encomienda.
30 ORICAÍN, Pablo José.
Compendio breve de discursos varios sobre diferentes materias y
noticias geográficas comprehensivas á este Obispado
del Cuzco.
31 CARRIÓ DE LA VANDERA, Alonso.
Lazarillo de Ciegos Caminantes.
32 PINO MATOS, José Luis y MOREANO
MONTALVÁN, Wendy. El Usno de Tamburco: vínculos de
una plataforma ceremonial Inca con el paisaje local en la ruta
del Chinchaysuyu. Apurímac
33 Creado a finales del siglo XVI, esta
fue una nueva modalidad de utilización forzosa de la mano
de obra indígena, que más tarde se convirtió
en el principal y más duradero mecanismo de dominio de los
indígenas, que garantizó su sujeción,
su explotación, su posición de
inferioridad y su conquista definitiva. Por las reales
cédulas de 21 de abril de 1574 y 24 de
noviembre de 1601, se entendía al repartimiento
como un sistema laboral de adjudicación de mano de obra
indígena en provecho de los conquistadores, que a cambio
de una misérrima compensación económica
obligaba rotativamente a los indígenas a trabajar por
temporadas, generalmente de ocho días por mes, en las
casas o haciendas de los españoles, sin perjuicio de tener
que laborar para reunir el tributo que debía pagar a la
Corona o a los encomenderos. Este sistema estaba basado en tres
principios: 01) La coerción sobre los indígenas;
02) La rotación semanal; y, 03) La remuneración
forzosa con arreglo a una tarifa establecida por las
autoridades.
34 Este sitio corresponde al pueblo y
tambo inca de Markawasi, ubicado en el distrito de Mollepata, que
en la Ordenanza de Tambos, aparece como: "Y del dicho tambo de
Apurima se tiene de ir al Tambo de Curaguasi.." que en ulteriores
documento se le llama también Guarina o
Huaynarima.
35 De La Puente Brunke, 1992
36 Sayri Túpac (c. 1535 – 1561) fue
el segundo Inca de Vilcabamba, hijo del primer Inca vilcabambino,
Manco Inca Yupanqui, y de su esposa, Cura Ocllo. A
la época tenía aprox. 10 años.
37 "GOBERNANTES DEL PERÜ, CARTAS Y
PAPELES SIGLO XVI" – TOMO I, Documentos del Archivo de
Indias. PUBLICACIÓN DIRIGIDA POR D. ROBERTO
LEVILLIER, Madrid 1921
38 Puente inca construido por Inca Roca,
conocido con el nombre de Huacachaca.
39 Actual río
Pachachaca.
40 "Las declaraciones de Lorenzo Manko y
Diego Yuqra Ticona, servidores de Manko Inka Yupanki y de
Francisco Wamán Rimachi testigos
presenciales de los sucesos de 1553 a 1558" – AHR de
Cusco.
41 A los sacerdotes (del sol).
42 "Sabe este testigo quel dicho Sayre
Topa salió de la Provincia de Vilcabamba con su muger e
capitanes e quatrocientoa Yndios de guardia y que este testigo
fue a ver con el dicho Ynga a Pincos y de allí sabe e vio
que fue a la ciudad de Los Reyes con Joan Sierra de
Leguísamo e frailes que fueron con el a ver al
marqués de Cañete.." En las ya citadas
declaraciones testimoniales del 1559, publicadas por Edmundo
Guillén Guillén.
43 ROEL, Virgilio. Historia Social y
Económica de la Colonia. G. Herrera Editores. Lima. 1985,
Págs. 95 y 96.
44 Ingenio de Karqueque, primera hacienda
cañavelera de Huanipaca.
45 ESPINOZA SORIANO, Waldemar, COLONIAS DE
MITMAS MULTIPLES EN ABANCAY SIGLOS XV Y XVI, Revista del Museo
Nacional, Tomo XXXIX. Lima. 1973. Pág. 270
46 FORNEE, Niculoso. "Descripción
de la tierra del corregimiento de Abancay, de que es corregidor
Niculoso de Fornee". En Relaciones
Geográficas de Indias – Perú por D. Marcos
Jiménez de la Espada. Biblioteca de Autores
Españoles. Ediciones Atlas. Madrid. 1965.
Págs. 27.
47 ESPINOZA SORIANO, Waldemar. Ob. Cit.
Págs. 258 y 259.
48 PALOMINO DONGO, Ciro Víctor.
"Abancay, alegre y hospitalaria".
49 De qora, maleza o hierba
espontánea + wasi, casa. Casa de las hierbas, un probable
referimiento a los artesanos dedicados constantemente a la
preparación de las sogas para el puente.
50 Cachora, significa "los pastos de
abajo". De q'achu, pasto, hierba alimenticia para el ganado +
uray, en la parte inferior.
51 FORNEE, Niculoso. Ob. Cit. Pág.
27.
52 Urco, Urcon o Hurcomarca.
53 BLANCO, José María,
CUZCO, Revista del Instituto Americano de Arte, Año VIII,
Cuzco, 1958, Pág. 45.
54 Se trata de Cachora.
55 A.H.R. Apurimac.
56 AGI – Sevilla (Justicia, 405 B, f.
8v).
57 Probanza de Pedro Alonso Carrasco,
Cuzco, de julio de 1563, AGI Justicia 407, fs. 92.
58 Archivo Histórico de
Apurímac.
59 Luego de la derrota de los
encomenderos, sobre las tierras vacas, vía
composición de tierras, surgieron las primeras haciendas
que más tarde, algunas de ellas, se convirtieron en
afamados "ingenios" azucareros, como Pachachaca, San Gabriel,
Chuquibamba y Patibamba en Abancay; Tambobamba y Karqueke en
Huanipaca; Lucmos y Karhua en Curahuasi, absorbiendo la mano de
obra nativa ya por reparto de indios, yanaconaje o "indios
alquilos".
60 Aclarado: Cachora.
61 ORICAÍN, Pablo José.
Compendio breve de discursos varios sobre diferentes materias y
noticias geográficas comprehensivas á este Obispado
del Cuzco. Ob. Cit.
62 Percy Paz. Arqueólogo
cusqueño que dirigió las primeras excavaciones
hechas por COPESCO, entre el 1992 y el 1996.
63 THOMSON, H. "The white
rock"
64 THOMSON, H. Ob. Cit.
65 Documento del Archivo Regional de
Apurímac. Lo citado correspo0nde a la introducción
de una relación de los territorios
descubiertos.
66 Uncalla, anexo de
Huanipaca.
Autor:
Marco Magri Pierantozzi
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